Aleta de Tiburón
Sí. Ahora creo ser una persona que respeta toda forma de vida sobre la tierra; ahora creo ser una persona que cree estar en armonía con la naturaleza... sin embargo no siempre fue así.
Hace un poco más 6 años era una persona que, aunque no aplicaba la violencia con sus semejantes o con sus hermanos los animales, era un poco más vale madrista; había cosas que estaban permitidas en mi librito interno llamado conciencia... Cosas como comer sopa de aleta de tiburón.
Fue en un restaurante comida china tipo gourmet que se localizaba en el Barrio Antiguo de Monterrey; me acompañaba mi entonces novia -ahora esposa-, habíamos pedido algo al centro, de plato fuerte ella pidió unas costillas, yo unos camarones... pero aparte, y quizás por morbo y por mamón, pedí el platillo más raro del menú: sopa de aleta de tiburón.
Qué cosa tan más horrible. La única manera en la que puedo describir ese sabor es que sabía a estofado de bota de cartero... Obvio que me enfermé y que juré jamás probar cosas así.
Por qué está en nuestra naturaleza buscar lo desconocido? Lo retador? Por qué estamos programados para probar lo torcido? Quién lo hizo? Por qué a todo lo extraño de comer le damos una asociación afrodisiaca o mágicamente curativa? En palabras de Don Juán: "...lo que quieres es una poción mágica que te cure todos tus problemas, entre más sepa feo mejor..."
En la National Geographic de este mes viene un anuncio interesante y sin rodeos acerca de los tiburones y de la sopa de aleta de tiburón:
Hace un poco más 6 años era una persona que, aunque no aplicaba la violencia con sus semejantes o con sus hermanos los animales, era un poco más vale madrista; había cosas que estaban permitidas en mi librito interno llamado conciencia... Cosas como comer sopa de aleta de tiburón.
Fue en un restaurante comida china tipo gourmet que se localizaba en el Barrio Antiguo de Monterrey; me acompañaba mi entonces novia -ahora esposa-, habíamos pedido algo al centro, de plato fuerte ella pidió unas costillas, yo unos camarones... pero aparte, y quizás por morbo y por mamón, pedí el platillo más raro del menú: sopa de aleta de tiburón.
Qué cosa tan más horrible. La única manera en la que puedo describir ese sabor es que sabía a estofado de bota de cartero... Obvio que me enfermé y que juré jamás probar cosas así.
Por qué está en nuestra naturaleza buscar lo desconocido? Lo retador? Por qué estamos programados para probar lo torcido? Quién lo hizo? Por qué a todo lo extraño de comer le damos una asociación afrodisiaca o mágicamente curativa? En palabras de Don Juán: "...lo que quieres es una poción mágica que te cure todos tus problemas, entre más sepa feo mejor..."
En la National Geographic de este mes viene un anuncio interesante y sin rodeos acerca de los tiburones y de la sopa de aleta de tiburón:
"WARNING! This survey journal contains photographs of dead, bloody sharks. Do not continue if you don't want to see them. "
Ojalá la humanidad tome conciencia y empieze a respetar a esos increíbles animales que son los tiburones.
Ojalá la humanidad tome conciencia y empieze a respetar a esos increíbles animales que son los tiburones.
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