Fahrenheit 9/11

Escuchando a: Steve Roach - Trylobite

Pues antier estrenaron por fin la película Fahrenheit 9/11 en México y ayer la fuimos a ver.
Desde que vi el ahora desaparecido programa de The Awful Truth en el cable, su director, escritor y productor, Michael Moore me cayó bien. De inmediato me identifiqué con su humor ácido y con su filosofía acerca de las políticas corporativas y gubernamentales de los Estados Unidos.
Quedé en shock cuando en un un episodio de The Awful Truth, Michael Moore registró a un árbol (a un ficus) para contender como consejal en un condado... para luego saber que, según las estadísticas, el árbol le hubiera ganado al candidato del partido republicano... Pues la gente pensaba que el ficus haría el mismo trabajo que el humano : estar sentado, sin moverse y sin hablar.
Con la diferencia de que el sólo necesitaría algo de agua como paga por hacer eso.

Tiempo después Miri y yo vimos Bowling for Columbine. Ese documental nos encantó por la manera en que el director estructuró sus ideas para mostrarnos la historia; empieza contando una cosa, la liga con otra y esta a su vez con otra más. Al final sientes que viste un documento que te puede hacer cambiar tu manera de pensar acerca de las armas.
Bowling for Columbine tiene una calificación de 9.89 (de 11) en el prestigiado Torómetro (órgano reconocido a nivel mundial en el que yo calificó a las películas).

Roger and Me (el primer documental de Michael Moore) trata acerca de la manera en que una corporación puede destruir a una comunidad si así se lo propusiera. Obvio que este documento se ve mucho más amateur que sus sucesores (los fondos vinieron de juegos de bingo realizados en Michigan), pero la estructura es impecable.
Roger and Me tiene un 7.67.

No es el caso de Fahrenheit 9/11.
No revelaré detalles pero la película empieza muy bien. Entreteje la manera en que los niveles de los gobiernos (nótese la 's' al final porque no es un mal que afecte únicamente al país en donde este documental fue filmado) están mezclados con las grandes corporaciones. Pero 20 minutos después la película se pierde en un sin fin de compadrazcos... que si fulanito conocía a zutanito, que si zutanito conocía a perenganito. Las ideas no fluyen como debieran y hay un desmedido apoyo en los fragmentos de las canciones que fueron introducidas... casi casi como si se hubiera forzado la historia para meterlas ahí y que quedaran.
¿Me gustó? Sí, y le doy un 9.0 en mi calificación... Pero al final me hago las siguientes preguntas: ¿Cuántos ayer fuimos al cine a verlos con ojos críticos?
¿Y cuántos fueron esperando ver a gente saltando desde un edificio en llamas?
¿Cuántos fueron a ver la "escoria" que son otros países y son ciegos de que estamos en un páis peor?
Para el norteamericano, quizás este documental signifique mucho o quizás nada... Para nosotros debería ser una llamada de atención pues nos gusta ser muy críticos con el vecino... pero en nuestras casas estamos hasta la mierda.

En fin.
Faltan 9 días para que Randall Flagg sea derrotado en el Castillo de la Discordia.


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